Rancho Las Voces: Fotografía / Alemania: Un réquiem alemán oriental
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martes, enero 08, 2013

Fotografía / Alemania: Un réquiem alemán oriental

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Sin título, 1958. (Foto: Fritz Kühn)

C iudad Juárez, Chihuahua. 8 de enero de 2013. (RanchoNEWS).- En una época como ésta, en la que cualquiera que calce un smartphone se puede convertir, vía Instagram, en un genio de la imagen, resulta enternecedora una exposición como Geschlossene Gesellschaft. Künstlerische Fotografie in der DDR 1949-1989 (Sociedad cerrada. Fotografía artística en la RDA 1949-1989). «En toda Alemania del Este no creo que existieran más de 80 fotógrafos artísticos», recuerda Ulrich Domröse en una reciente entrevista para el diario Berliner Zeitung. Él es uno uno de los comisarios de esta muestra, que se prolongará hasta el 28 de enero en la Berlinische Galerie de la capital germana. Una nota de Igor López para El Mundo:

Aquí hay cabida para casi 250 obras de 34 artistas de la antigua RDA (las dos terceras partes provienen de la colección de la propia institución), que ocupan casi la totalidad de la planta baja del museo, convirtiéndose así en la primera retrospectiva mundial consagrada a la fotografía artística en la antigua Alemania comunista. Una exposición que ya es todo un éxito en Berlín: en sus cuatro primeras semanas batió todos los récords de asistencia del museo, con más de 20.000 visitantes.

«Cada uno de los cuatro comisarios hizo una lista con los artistas que deberían estar aquí», continúa Domröse, jefe del departamento fotográfico de la Berlinische Galerie. «Sólo después de mucho discutir conseguimos ponernos de acuerdo en la selección final. La decisión no fue fácil. Por supuesto que podríamos haber montado una gran retrospectiva con la fotografía documental social de la época y haber llenado tres edificios, pero no queríamos una exposición fotográfica sobre la RDA, sino una sobre el medio fotográfico en la RDA».

La primera sala de la exposición sí que acoge diferentes trabajos de artistas más o menos cercanos al documentalismo social, como los de Christian Borchert y sus famosas series de familias de diferentes localidades de la esfera soviética, magistralmente retratadas en la intimidad de sus viviendas.

Según Patrick Hansen, crítico de arte de RBB, la radio pública berlinesa, «la fotografía de Alemania Oriental ha sido tratada a menudo como una fuente histórica, pero muy rara vez se la ha considerado por su valor artístico. La corriente que quería retratar la vida cotidiana de las personas en su realidad social dominó la esfera fotográfica hasta bien entrados los años 70, sin embargo, la mayoría estaban muy lejos del realismo impuesto por el Estado».

Por eso las partes más interesantes de esta muestra aparecen a partir de finales de la década de los 70, con el desarrollo de las subculturas juveniles y la irrupción del punk (sí, en la opaca RDA también había crestas) y, poco más tarde, con el advenimiento de sus ahijados, el rock gótico y los sonidos industriales. Sven Marquardt estaba allí para inmortalizar la pequeña escena de outsiders de Berlín Oriental. Unos retratos donde el fetichismo, un oscuro hedonismo y las identidades sexuales borrosas son moneda corriente. Al igual que en el archiconocido (y 'über crápula') Berghain, para muchos el mejor club de electrónica del mundo, donde desde hace años el ultratatuado Marquardt ejerce de icónico portero cada fin de semana.

«La fotografía en la RDA estaba asociada con el arte no comercial», continúa explicando el comisario de la muestra, «pero tenía un gran impacto social, ya que todas las pequeñas exposiciones de principios de los 80 se encontraban en los centros de cultura, en los locales sindicales y en las pocas galerías locales. Los jóvenes la consideraban como una nueva forma de expresión y a los mayores les interesaba porque también reproducía una realidad que ellos habían experimentado. Por ejemplo, una muestra de Gundula Schulze-Eldowy en la galería Weißer Elefant, en 1988, obtuvo más de 4.000 visitantes en muy poco tiempo».

Aunque, como obra anticomercial, el laberinto creado por Jörg Knöfel se lleva la palma: sin duda la pieza más impactante de toda esta colección. Schlachthaus Berlin (Matadero Berlín) es un pasaje del terror formado por láminas de metal del que cuelgan las espantosas fotografías tomadas en un matadero de la parte oriental de la ciudad entre 1986 y 1988. Animales agonizantes y desmembrados y deshumanizados matarifes de mirada enajenada se mezclan en una horrible sangría de la que uno desea escapar cuanto antes. Lo que se llama un puñetazo de dolorosa realidad en la mesa (de comer).

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