Rancho Las Voces: Artes Plásticas / España: Albert Oehlen, sin artificios
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lunes, febrero 04, 2013

Artes Plásticas / España: Albert Oehlen, sin artificios

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El collage 'No' (2008), óleo y papel sobre lienzo. Albert Oehlen.  (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 1 de febrero de 2013. (RanchoNEWS).- Albert Oehlen (Alemania, 1954) defiende que la diversión del artista sea, en sí misma, una función del arte. La «belleza», signifique lo que signifique, no es algo que le preocupe antes, durante o después de abordar una labor creativa, al igual que tampoco le inquieta que su obra no logre «el acuerdo» o la comprensión del público. Una nota de E. Vasconcellos para El Mundo:

Bajo estos preceptos, La Casa Encendida inauguró este viernes Moderne Farbkonzepte (Conceptos cromáticos modernos), una retrospectiva que repasa «grosso modo» la trayectoria de Oehlen en los últimos 20 años. La exposición, que estará abierta al público hasta el próximo 5 de mayo, combina un reducido número de cuadros y collages de gran formato con trabajos en tinta, carboncillo o acualera sobre papel. Un recorrido que revela la evolución de su relación con los colores y la introducción de elementos del arte pop –haciendo una crítica de la sociedad de consumo– en sus creaciones.

Estas obras ponen en duda determinadas «certezas de la pintura», explica Christian Domínguez, comisario de la muestra. «Los espectadores tienen incorporadas en su mente una serie de ideas preconcebidas –belleza, armonía del color– que le afectan a la hora de evaluar una obra de arte», señala. Albert presenta combinaciones extrañas, poco cómodas, con las que intenta despertar «nuevas formas de pensar los cuadros».

A pesar de ello, de plantear un reto interpretativo, el alemán cree que el triángulo pintor-obra-espectador no funciona muy a menudo. «Eso no quiere decir que desprecie al espectador», aclara Domínguez, pero tampoco le preocupa entablar conversación con él. Tanto es así que el artista se mantiene habitualmente apartado del público.

Oehlen «nunca pone las cosas fáciles», continúa el comisario. Sus trabajos, lejos de ser atractivos en la mayoría de los casos, «parecen estar infectados por un virus que los ha distorsionado ostensiblemente», se advierte en la presentación de la exposición. Planos de colores oscuros superpuestos con trazos casi sólidos de tonalidades brillantes (Ohne Titel, 1994); carteles publicitarios negados con manchas de pintura (Del ahorro, 2008); líneas huérfanas que escapan de un fondo blanco (Ohne Titel, 2012).

Al artista, alumno de la Escuela Superior de Bellas Artes de Hamburgo y discípulo de Sigmar Polke, no le gusta organizar grandes exposiciones. Le interesa más «crear tensiones» que acumular obras, revela el comisario, «y las organiza en el espacio como una pieza de jazz». El símil musical es extensible a la ejecución de sus cuadros: «Más que pintar, compone».

«Hay que jugar, hay que moverse en la libertad», reivindica el artista. Se aleja de discursos intelectualizantes y reconoce, en una entrevista recogida en el catálogo de la exposición, que le resulta más fácil tomarse en serio a un artista que quiera divertirse que a otro que pretenda salvar el mundo.

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