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lunes, septiembre 22, 2014

Noticias / México: Momentos estelares del Palacio de Bellas Artes

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Ilustración que sirvió para uno de los carteles conmemorativos del Palacio de Mármol. (Foto: Octavio Hoyos)

C iudad Juárez, Chihuahua. 22 de septiembre de 2014. (RanchoNEWS).- La vida en torno del Palacio de Bellas Artes no ha sido todo color de rosa: se comenzó su construcción con la idea de terminarlo para el centenario de la Independencia, pero tardó casi tres décadas su inauguración; debido al peso del mármol, el edificio ha tenido que sufrir distintas intervenciones para evitar, en lo posible, su hundimiento y apenas en 2010 sufrió un proceso de restauración polémico, que no dejó satisfechos a los especialistas. Una nota de Leticia Sánchez Medel y Jesús Alejo Santiago para Excélsior:

Sin embargo, por sus escenarios han pasado algunos de los artistas y agrupaciones más importantes a escala nacional e internacional a lo largo del siglo XX: María Callas, Plácido Domingo, Luciano Pavarotti, José Carreras, Jessye Norman; músicos, compositores y directores de orquesta, como Giuseppe Di Stefano, Mstislav Rostrópovich, Yo-Yo Ma, Ravi Shankar, Evgeny Kissin, Philip Glass o Zubin Mehta; los bailarines Rudolph Nureyev, Pina Bausch y Julio Bocca, además de orquestas y ballets emblemáticos desde su inauguración hasta nuestros días.

Por supuesto, también ha sido escenario para los grupos artísticos del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), como la Orquesta Sinfónica Nacional, Compañía Nacional de Danza, Ópera de Bellas Artes y Compañía Nacional de Teatro, por mencionar algunos, amén de que tanto en la parte administrativa como en la artística han estado creadores mexicanos fundamentales en la vida cultural y artística de nuestro país.

Las paredes del Palacio de Bellas Artes son, incluso, verdaderas obras de arte, en la que están representados algunos de los muralistas más importantes de México, como David Alfaro Siqueiros, Jorge González Camarena, Roberto Montenegro, Manuel Rodríguez Lozano, José Clemente Orozco, Rufino Tamayo y Diego Rivera.

Apenas unos cuantos trazos de todo lo que ha sido la historia del recinto, no exenta de polémica, de ahí las dificultades para señalar unos cuantos momentos estelares de los cientos, quizás miles, que ha albergado a lo largo de ocho décadas de historias: en unos se coincidirá, en otros no y muchos más se quedarán afuera, pero ello refleja la riqueza de un espacio que ha visto pasar una parte de lo mejor del arte y la cultura del siglo XX.

Parte de esa memoria se preserva en el Acervo Histórico del Palacio de Bellas Artes, el cual abrió sus puertas a MILENIO para contribuir a este recuento con sus imágenes que resguarda en folletos y programas de mano, así como en publicaciones editoriales.

Hasta el momento en el edificio La Nacional se preservan más de mil 200 fotografías, 640 cintas de grabaciones y alrededor de 3 mil documentos entre programas de mano catalogados, notas hemerográficas, grabaciones, libretos y carteles, según explican Silvia Carreño y Beatriz Maupomé, titular y coordinadora del del Acervo Histórico, respectivamente.

La primera noche

La construcción del Palacio de Bellas Artes se había encargado en 1904 al arquitecto italiano Adamo Boari, quien no alcanzó a ver terminada su obra; cuando el país recuperó la estabilidad en términos económicos y sociales, la edificación se reanudó pero ya bajo la batuta del arquitecto Federico Mariscal.

La historia documentada en los diarios, refiere que el recinto lo inauguró de manera oficial hasta el sábado 29 de septiembre de 1934, el entonces presidente Abelardo L. Rodríguez —pese a que estaba prevista que abriera sus puertas en el 1910, con motivo de la celebraciones del Centenario de la Independencia—. El público presenció el montaje de la obra La verdad sospechosa, comedia en tres actos de Juan Ruiz de Alarcón, con la actuación de la primera actriz, María Teresa Montoya.

El «agudo de México»: María Callas

Sucedió en 1950 y no está tan plasmado en alguna publicación, como podría pensarse: la presentación de la diva italiana con Aída transcurría sin mayores sobresaltos, incluso con cierto desdén del público hacia la soprano, hasta que se vio casi obligada a dar lo mejor de sí, en especial luego de que uno de sus acompañantes sostenía agudos en franco reto a su capacidad, por lo que le sugirieron sostener un Mi bemol sobreagudo, en homenaje a Ángela Peralta, al principio ella se resistió porque no estaba indicado en la partitura, pero cuando finalmente se decide y lo intercala con una voz proverbial, el público enloqueció y por supuesto le brindó una gran ovación. Se trata de uno de los momentos estelares hasta para María Callas, quien estaba destinada a convertirse en la «soprano absoluta del siglo».

El canto de Diego Rivera

Fernando Galicia, quien empezó a trabajar en el Palacio de Bellas Artes dos años antes de que se inaugurara, contaba que el muralista Diego Rivera acostumbraba pintar por las noches y que al final de su jornada, tenía un gusto muy especial: cantaba «La Internacional» el himno del Partido Comunista. El maestros Galicia, quien murió apenas hace dos años, antes de festejar su centenario de vida, fue testigo de la práctica vocal del pintor mexicano, ya que era el encargado de apagar todas las luces del recinto. Hay fotografías dentro del acervo del Palacio de Bellas Artes donde el artista aparece incluso comiendo frente a su obra mural.

Los carros de golf para Pavarotti

Uno de los infaltables en el Palacio de Bellas Artes fue Luciano Pavarotti, pero la anécdota que lo hace recordar se dio durante su última visita a nuestro país, ya con un estado de salud un tanto resquebrajado, al punto de que no podía caminar ciertos pasos sin sofocarse, por lo cual se debieron usar hasta dos carros de golf que recorrieron algunos pasillos del recinto para trasladarlo hasta la terraza, donde saludó a más de cinco mil personas que no lograron ingresar al recinto para su presentación, pero que apreciaron su presentación desde la explanada del recinto cultural.

Juan Gabriel en Bellas Artes

De las presentaciones más polémicas que se encuentran dentro del imaginario colectivo, están las tres series de conciertos del cantautor Juan Gabriel en el Palacio de Bellas Artes. Su presencia en el máximo recinto cultural ha generado enormes críticas debido a la comercialización realizada y a las millonarias ganancias del artista y las disqueras. Lo que dejó ver que el máximo recinto cultural se renta al mejor postor, como al cantante Luis Miguel quien realizó aquí un videoclip, al igual que Alejandro Fernández.

Lola Beltrán por Carlos Fuentes

No obstante, otros conciertos de música popular ofrecidos anteriormente por Pedro Vargas y Lola Beltrán no causaron críticas. De hecho, el espectáculo que ofreció Lola Beltrán para conmemorar 40 años de carrera artística, fue respaldado por el escritor Carlos Fuentes, quien escribió el texto de presentación en el programa de mano.

«Los antiguos mexicanos daban a su emperador el título de Tlatoani: el señor de la gran voz. Lola Beltrán, en el México moderno, es la señora de la gran voz, la emperatriz de una palabra que nuestras mujeres han conquistado poco a poco.

«Yo, que me he pasado la vida viviendo y escribiendo y amando y viajando con la voz de Lola Beltrán siempre cerca de mí, en un disco, en una onda, en la cinta de la memoria sobre todo, les digo a ustedes que esta mujer rompe el silencio o respeta el silencio para que su canto se escuche en varias dimensiones».

Agencia funeraria

Sin estar dentro de los propósitos por los que fue creado, el Palacio se consolidó con el paso de los años en el escenario para ofrecer el último adiós a distintos creadores: desde Frida Kahlo, hasta Cantinflas y más recientemente Octavio Paz, Carlos Monsiváis, Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez, con uno que otro personaje que causó controversia, como cuando sus puertas se abrieron para despedir al compositor Roberto Cantoral, o a los actores María Félix, Carmen Montejo o Joaquín Cordero. La despedida de Frida Kahlo De los artistas que han recibido homenaje de cuerpo presente, el que más se recuerda, por la polémica que suscitó, fue el de Frida Kahlo. Tras ser velada en el Palacio de Bellas Artes su féretro fue cubierto con la bandera del Partido Comunista, la bandera roja con la hoz y el martillo, por ese «atrevimiento» el director del INBA, de aquel entonces, Andrés Iduarte fue removido de su cargo, debido a que el comunismo no era bien visto. Acudieron a despedirla, entre otros, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros y el propio presidente Lázaro Cárdenas.

Plácido Domingo

Son emblemáticas las actuaciones del tenor Plácido Domingo en el Palacio de Bellas Artes, pero la sorpresa que resguarda el Acervo Histórico de este recinto es invaluable, preserva dentro de sus tesoros, un programa de 1959 donde aparece muy joven integrando el reparto de las óperas Rigoletto y Diálogo de Carmelitas, cuando todavía no obtenía los papeles protagónicos.

La poesía en el Palacio de Mármol

El poeta Jaime Sabines ofreció un maratón poético en marzo de 1996 cuando se le rindió un homenaje nacional en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes. Embargado por la emoción Sabines ofreció un legendario recital poético, ante un público que abarrotó el lugar tan sólo para verlos y escucharlo, Apenas cuando inició a recitar Los amorosos, una estruendosa ovación lo interrumpió.

Celebrando a Marx

Para la izquierda mexicana, el Palacio de Bellas Artes ha jugado un papel preponderante en dos ocasiones: la primera en enero 1947, cuando Vicente Lombardo invitó a las principales corrientes de izquierda para discutir los «Objetivos y táctica de lucha del proletariado y del sector revolucionario de México en la actual etapa de la evolución histórica del país», conocida como la mesa redonda de los marxistas.

En marzo de 1983 se celebró en el recinto el centenario de la muerte de Karl Marx, algo que sorprendió hasta a los mismos militantes, «pronto la capacidad del foro resultó insuficiente y los asistentes empezaron a invadir balcones y zonas reservadas. En un gesto desesperado y heroico, los empleados de Bellas Artes abandonaron la lucha contra la multitud y se concentraron en la defensa del palco presidencial», escribió en su momento Christopher Domínguez Michael.

«Desde otros palcos, políticos de la izquierda insultaban a los oradores de vez en cuando e intercambiaban alegres obscenidades con amigos y camaradas. Una mujer reclamó a voz en cuello la ausencia de mujeres en el presídium. Los músicos fueron insultados, consignas de John Lennon reeditadas. Al final, La Internacional fue ignorada».

Estos han sido algunos de los momentos que han marcado los 110 años del inicio de la construcción y los 80 de la apertura del Palacio de Bellas Artes.



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