Rancho Las Voces: Fotografía / México: Exponen «Paseos del Nobel» de Kim Manresa
(6) El retorno de Francis Ford Coppola

viernes, octubre 03, 2014

Fotografía / México: Exponen «Paseos del Nobel» de Kim Manresa

.
La poeta polaca Wislawa Szymborska (1923-2912) Nobel de Literatura 1996.  (Foto: Kim Manresa)

C iudad Juárez, Chihuahua. 3 de octubre de 2014. (RanchoNEWS).- La carcajada de Orhan Pamuk, la mirada penetrante de Imre Kertész, el viaje en Metro de Kenzaburo Oé y el espacio más íntimo de Doris Lessing, son cuatro de las 111 imágenes que el fotógrafo español Kim Manresa ha expuesto en Xalapa para recordar y celebrar la relación entre la literatura y la fotografía. Reporta desde Xalapa Juan Carlos Talavera para Excélsior:

La muestra, que lleva por título Paseos del Nobel, fue inaugurada ayer en la Pinacoteca Diego Rivera de Xalapa, Veracruz, donde el artista relató junto con el periodista Xavi Ayén, algunas de las historias que se encuentran contenidas en esta exposición, que definen como un Work in progress, pues hasta el momento han conseguido fotografiar y entrevistar a 21 escritores que han obtenido el Premio Nobel de Literatura.

El proyecto nació en Tokio, en 2005, cuando Kim y Xavi visitaron al escritor japonés Kenzaburo Oé (1935) para entrevistarlo y tomarle una serie de fotografías. «Esa primera entrevista nos marcó toda la historia de esta serie», explica Manresa, quien se autodefine como un nómada que explica historias de las cosas que pasan en todo el mundo.

Así que le pidieron que los acompañara al Metro de Tokio, el cual dejó de utilizar desde su época de estudiante. «Entonces él se entusiasmó», dice Kim, «y nos fuimos por todas las líneas del Metro, y luego nos invitó a comer en una taberna donde él bebió un poco sake».

Luego vendría un gran recorrido por todo el mundo para fotografiar a otros autores como Günter Grass, José Saramago, Mario Vargas Llosa, Imre Kertész, Toni Morrison. Gabriel García Márquez y muchos más.

Ahora echan mano de la memoria y cuentan que la sesión más sencilla fue con la escritora británica Doris Lessing (1919-2013), para lo cual su traductora al español les proporcionó su dirección, dado que su agente literario no quería conceder la entrevista. Cierto día se trasladaron a la dirección, llamaron al timbre y ella misma abrió la puerta en bata y los hizo pasar a la cocina.

En cambio, la más difícil fue la que realizaron en México con el colombiano Gabriel García Márquez (1927-2014), pues hacía dos décadas que el Nobel colombiano no concedía una entrevista larga a ningún periodista.

«Nosotros estábamos desesperados y lo intentábamos con mucho brío. Pero un día, Carmen Balcells, su agente literaria que vive en Barcelona, nos dijo: ¿Y por qué no le lleváis mis regalos de Navidad?».
Era 2005 y ambos aceptaron. Entonces ella les dio una maleta que pesaba más de 45 kilos con los regalos que solía enviarle a Gabo a través de algún amigo. Y les recomendó: «Ustedes digan que iban a México por otra cosa y entonces les abrirán la puerta porque llevan los regalos; y una vez allá empezáis a preguntar», recuerda Ayén entre risas.

Pero antes de entregar los regalos, ambos debían hospedarse en un hotel de la Ciudad de México, cercano a la casa del escritor colombiano, donde él se pondría en contacto con ellos.

«Realmente me parecía una película de espías. El primer día lo pasamos mal, porque nadie nos llamó y pensamos que Carmen nos había gastado una broma, pero al segundo día sonó el teléfono… era la secretaria del autor de Cien años de soledad y preguntó si podíamos ir en media hora. Así que corrimos a su encuentro».

Otra historia que parece de acción fue la que rodeó el trabajo con Wole Soyinka (1934). «A él lo conocimos en un recital de poesía en Asturias y Xavi le contó que queríamos llevarlo a su pueblo en Nigeria», cuenta Kim.

Pero en aquel entonces se desaconsejaba a los ciudadanos españoles viajar a Nigeria, así que luego de varias llamadas, correos electrónicos y de un viaje vía a Londres, Soyinka les dijo que les garantizaba su seguridad.

«Pero cuando llegamos al pie del avión, Soyinka nos puso a dos guardaespaldas armados, quienes permanecieron a nuestro lado durante toda la semana que estuvimos en Nigeria», recordó Xavi. Días después, lo llevaron a su antigua escuela en Abeokuta y fue ahí donde lo sentaron en un pupitre.

El caso de José Saramago (1922-2010) fue muy diferente. Era 2010 y el narrador portugués mostró una disponibilidad total, por mediación de su esposa Pilar del Río. Así, que a lo largo de varios días ambos se convirtieron en la sombra del narrador portugués, quien sólo les puso una condición: «No me digan nada, no me hagan posar, yo haré mi vida normal y ustedes como si no existieran», evocan.

Las fotografías de Wislawa Szymborska (1923-2012) fueron captadas en Cracovia y están llenas de ternura, aunque en el fondo tuvieron el favor del dios Baco, pues antes de éstas bebió un poco de ron y se relajó tanto que comenzó a posar y se puso a bailar con una máscara.

«Aquel día, como era su costumbre, Szymborska no quería salir de su casa, así que le explicamos la idea de dar un paseo… Al final accedió en hacerlo, pero sólo en su balcón y ahí quedaron esas imágenes», recuerda Xavi.

Una de las entrevistas más divertidas, cuentan, sucedió con Darío Fo (1926), quien los invitó a su celebración de cumpleaños, donde pasaron cuatro días de fiesta en fiesta, que comenzó con la reunión de sus compañeros universitarios y finalizó con el encuentro que tuvo con los jóvenes de la Universidad romana de La Sapienza.

Por último, recuerdan el caso de Naguib Mahfuz (1911-2006), quien luego de sufrir un atentado terrorista, quedó ciego y tenía muchas limitaciones para hablar y desplazarse; sin embargo, mantuvo la costumbre diaria de ir con sus amigos a comer y asistía a una tertulia.

«Después del atentado que sufrió había quedado no sólo ciego, sino casi sordo y para tener una entrevista con él se le tenía que hacer la pregunta en francés a un amigo suyo, un escritor egipcio, quien se la traducía al árabe gritándosela al oído», recuerda Ayén.

Por último, ambos creadores comentan que luego del libro que publicaron en 2009, titulado Rebeldía del Nobel, que incluía 16 autores que recibieron el Nobel de Literatura, considerado el máximo galardón de las letras en el mundo, ahora tienen un proyecto para realizar un nuevo catálogo con los 21 escritores que han logrado entrevistar y fotografiar.

Por lo pronto, su exposición se exhibe en la Pinacoteca Diego Rivera de Xalapa, Veracruz.

Ve a la lectura como salvación

La escritora libanesa Joumana Haddad (1970) habló sobre la experiencia de las mujeres escritoras en el mundo árabe y explicó cómo observa la literatura desde aquella frontera donde la literatura es una especie de salvación.

«Para mí la literatura no es una forma de lucha, más bien la lucha ha sido un resultado colateral de la escritura», comentó la autora que se presentó ayer en el Hay Festival Xalapa.

Reconoció que la literatura ha sido una forma de sobrevivencia. «Desde pequeña, cuando empecé a escribir, lo hice en un país violento donde había guerra y donde como mujer siempre me sentí oprimida», explicó.

Así que la escritura ha hecho posible vivir lo que nunca ha podido vivir en la vida real. «Créeme, mis lecturas me han salvado la vida porque sin ellas hay muchas cosas que no hubiera podido descubrir, sentir, ni vivir».

Durante el encuentro con los medios, la autora de los poemarios Invitación a una cena secreta, Dos manos hacia el abismo y El retorno de Lilith se refirió al poder de la literatura. «No hay duda de que la literatura puede ayudarnos sobre todo a esperar lo mejor del mundo, aunque lo más importante es que me ha permitido enriquecer la conciencia y cuando tu conciencia se vuelve más fuerte tú ya sabes que puedes aspirar a una vida mejor».

Por eso siempre habla sobre la importancia de la educación en todas las revoluciones, añadió, porque de nada sirve una revolución aislada y alejada de la luz del conocimiento y la literatura.

«Pienso que la feria y la rebeldía no son suficientes; necesitamos aprender, saber lo que hay, conocer nuestras opciones y sin literatura, de verdad, no podemos conocer nuestras opciones como seres humanos», explicó.

La traductora y periodista también comentó que «no es fácil ser una mujer en el Líbano ni en el mundo árabe.

«Aunque tampoco pienso que sea fácil ser una mujer en el mundo entero. Por desgracia, cuando publiqué mi más reciente libro para hablar de los hombres machistas, me di cuenta de que éste es un problema que sigue existiendo en todo el mundo».



REGRESAR A LA REVISTA