Rancho Las Voces: Libros, / México: «El leopardo» de Jo Nesbø
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miércoles, enero 07, 2015

Libros, / México: «El leopardo» de Jo Nesbø

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El escritor de novela negra, quien en 2011 se colocó en el gusto del público inglés por delante del sueco Stieg Larsson, presentó en México su novela El leopardo, la más reciente entrega de la saga del detective Harry Hole. (Foto: Notimex)

C iudad Juárez, Chihuahua. 7 de enero de 2015. (RanchoNEWS).- Narrar el dolor y la violencia, describir cómo se inflige en una persona inocente y, en especial, en una mujer, la dadora de la vida, es lo más difícil que ha enfrentado el escritor noruego Jo Nesbø (1959). Reporta desde la ciudad de México para Excelsior Virginia Bautista.

Quien es considerado uno de los mejores autores del género negro escandinavo acepta en entrevista con Excélsior que al dar vida a historias de asesinos seriales «tiene uno que ser capaz y estar dispuesto a buscar en uno mismo el lado más sádico y sociópata, y magnificarlo».

Con 25 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo de las ocho novelas que protagoniza el policía Harry Hole, el narrador graduado en Economía visitó México para promover la más reciente entrega de esa saga: El leopardo (Penguin Random House).

Amante del alpinismo y la música, Nesbø decidió dedicarse, tras ser cantante, compositor y agente de bolsa, a describir con palabras «esa falta total de emociones, esa nada, algo frío, negro» que advierte en los asesinos seriales.

Ha encontrado desde 1997, cuando publicó la primera novela del detective Hole, dos maneras de presentar a un asesino. «Una es darle el tratamiento de un monstruo y ahí te ahorras toda explicación, porque al ser un monstruo se convierte en una metáfora, en un símbolo de muchas cosas.

«Y la otra es mostrar al asesino como un ser humano, detallar cómo surge, y aquí partimos de la reflexión de si el mal es inherente al hombre o no. Lo más difícil es el asesino serial, porque un asesino normal tiene un motivo para matar, una ganancia, el sexo o una pasión incontrolable. Pero en el caso del asesino en serie no hay esto, uno debe entrar en su cabeza, porque hay motivos que están más allá de nuestra comprensión, y ver el lado pervertido», comenta.

Quien en 2011 se colocó en el gusto del público inglés por delante del sueco Stieg Larsson, autor de la famosa trilogía de novelas policiacas Millennium, añade que la pregunta sería si los asesinos seriales nacen así, «lo cual da escalofrío», o se vuelven así debido a una cuestión familiar o de su entorno. «Yo no puedo dar respuestas, sólo escribo ficción, no hago un análisis científico, sólo me pregunto si nuestra sociedad forma a seres así. Es difícil decidir dónde va la línea cuando uno escribe sobre la violencia. El punto de describirlo es mostrar lo importante que es deshacerse del monstruo», indica.

El novelista cuyas obras se han traducido a 40 idiomas confiesa que con El leopardo por momentos cruzó esa línea en la que se piensa que está contento de narrar la historia, como lo analizaron algunos críticos literarios. «Identifiqué dos lugares que si pudiera quitar algunas líneas las quitaría. Pero es que cuando empiezo a escribir me guío mucho por el instinto, me dejo llevar».

Esta novela narra la historia de un asesino cuyas víctimas, mujeres jóvenes, son halladas con 24 heridas inexplicables causadas por un artefacto original que el mismo Nesbø ideó: la Manzana de Leopoldo, una bola roja que se coloca en la boca de las martirizadas y acciona 24 agujas que perforan distintas partes de sus cerebros y terminan ahogándose en su propia sangre.

Dice que el artefacto se le ocurrió tras una experiencia que tuvo en su infancia, cuando se le atoró en la boca una manzana que quería comer sin tocar con las manos, y pide a sus lectores no olvidar que lo que escribe es sólo ficción.

«Al escribir estoy como en un universo aparte, en sí mismo, no pienso en la realidad. Sí me preocupa que alguien tome y utilice algunas de mis ideas. Sin embargo, cuando uno trabaja en el arte no toma estas cosas en consideración.

«Por ejemplo, al hacedor de coches no le preocupa que alguien atropelle o mate a una persona con ese coche, porque ese no es el fin del auto; lo mismo pasa con mis novelas. Pero, en realidad, no podemos garantizar que no se usen para un fin para el que no fueron creados», señala.

Aclara que no existe un vínculo entre el crimen de ficción y el de la vida real. «Este último no tiene lógica, no es parte de una historia, no tiene una dirección moral, es tonto y triste. En la novela, el crimen es un símbolo, forma parte de una estructura para hablar de la condición humana».

El narrador admite que la desgracia ha sido la característica principal de su detective Hole. «Su madre muere cuando él es un niño y es natural que un niño se sienta culpable. Después, su primera novia se suicida. Luego su colega es asesinada. La gente que él tiene cerca muere, por eso se convierte en un solitario que tiene miedo al compromiso, a acercarse a otras personas. En la tercera novela conoce al amor de su vida y se abre a su padre, pero la desgracia lo persigue».

Quien acaba de terminar dos novelas cortas que se publicarán este año en Noruega, Sangre y nieve y Más sangre, que no pertenecen a la saga de Hole, admite que este policía que detesta la corrupción y odia el papeleo, la burocracia y la tortura no podría vivir en México, aunque no niega que le gustaría que este país fuera uno de los escenarios de sus futuras entregas.

Narra que visitó México hace algunas décadas, cuando la violencia aún no era un problema tan grave y los cárteles de la droga no eran tan importantes. «Viajé en coche de la Ciudad de México a Guadalajara y luego a un lugar donde había minas de plata y después a la costa del Pacífico. Sí me advirtieron que había muchos robos en la carretera, que no me detuviera, pero no vi nada, sólo a ranas y lagartijas tomando el Sol, lo cual me encantó», recuerda.

Pero en esta ocasión, confiesa, llegó a escalar a Guadalajara y ya no lo dejaron acercarse a ciertos lugares, porque ahí prevalecía el crimen organizado.

«Es algo muy grave. Me entristece, porque cuando viajo me interesa ver no lo que los turistas ven, sino lo que ustedes no quieren que se vea, así nutro mi trabajo de ficción, mis historias. Pero en un ambiente de violencia es más difícil. Aunque sí me gustaría escribir una historia inspirada en México», añade.

Nesbø piensa que la realidad nunca rebasará a la ficción en el género policiaco, porque en él influyen no sólo el tema, sino el ritmo de narrar y el suspenso.



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