Rancho Las Voces: Fotografía / México: El libro «Náyari cora» de Rafael Doníz, indaga en el enigma de este mundo indígena
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lunes, abril 06, 2015

Fotografía / México: El libro «Náyari cora» de Rafael Doníz, indaga en el enigma de este mundo indígena

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El fotógrafo compila 130 imágenes en su libro Náyari cora, realizadas durante la última década, las cuales buscan penetrar en el enigma de este mundo indígena, asentado en el oriente de Nayarit que hoy está en peligro a causa del crimen organizado. (Foto: Rafael Doníz)

C iudad Juárez, Chihuahua. 6 de abril de 2015. (RanchoNEWS).-Niguara. Esa es la palabra que en lengua cora se utiliza para nombrar al amigo-hermano. La misma que inspiró a Rafael Doníz (Oaxaca, 1948) para compilar las 130 fotografías de su libro Náyari cora, el cual realizó durante la última década. Misma palabra que los coras utilizan para enviar un mensaje al mundo: «nuestra historia sigue viva sin importar que aún hoy nos consideren una cultura sospechosa». Reporta desde la ciudad de México para Excélsior Juan Carlos Talavera.

«En mi opinión, hay una visión errónea acerca de estos grupos indígenas», comenta Rafael Doníz. «Además, creo que la conquista de este mundo indígena no ha concluido, pues los gobiernos actuales demuestran que no les importa si éstos sufren o desaparecen y, por esa razón, los coras se han aislado durante siglos para conservar su cultura, su lengua y sus tradiciones».

Para lograr estas fotografías el artista utilizó dos cámaras fotográficas: una Hasselblad y una Zenca Bronica, a lo largo de 20 viajes realizados en tres lugares esenciales: Jesús María, donde hoy está el asentamiento del supremo gobierno cora: la Mesa del Nayar, que fuera el centro del poder cora, y la zona boscosa de Santa Teresa del Nayar.

«La serie fue el resultado de una serie de viajes que comenzó en los años 80, cuando la maestra Mariana Yampolsky confió en varios fotógrafos para realizar distintas tomas que permitieran ilustrar las primeras cartillas de castellanización de las zonas indígenas de este país».

Sin embargo, éste fue el primero de muchos viajes a lo largo de esta zona, que le permitieron conocer una zona de difícil acceso que hasta conserva su magia y rastros antiguos de una cultura milenaria.

 «La primera ocasión que estuve con un cora fue con un maestro rural que me ayudó a moverme… pero el proceso de identidad que sentí en esta zona me hizo volver una y otra vez hasta que este grupo empezó a confiar en mí y me consideraron un niguara».

Lo cierto es que se trata de un lugar aislado que, por fortuna, eso se ha mantenido protegido… en el sentido de que así han conservado intactas muchas de sus tradiciones, señala.

Un pueblo vulnerado

Imagina un lugar mítico donde la palabra de la gente tiene más valor que un papel; imagina una cultura que respeta la tierra y que aún cree en la amistad; imagina un mundo indígena donde los niños jamás son maltratados. Así define el fotógrafo ese mundo cora, alejado de la modernidad, que hoy está en peligro a causa del crimen organizado.

Sin embargo, la intención de este libro está en hacer que la gente voltee hacia esta cultura, o hacia la diversidad de culturas, porque prevalece el desconocimiento de este universo con valores tan profundos.

¿Sus fotografías intentan mostrar la diversidad del mundo cora?, se le pregunta al autor de las series Héroes anónimos, Salineros y Cuevas de Yagul y Mitla, entre otras, donde apuesta por la dignidad de los pueblos indígenas.

«El mundo cora no es homogéneo, aunque hay aspectos culturales que los unen, como sus fiestas y rituales. Sin embargo, hay una libertad muy grande entre ellos. Es un pueblo dotado con una diversidad muy grande», explica.

¿Por qué considera que se trata de un pueblo en proceso de conquista? «El texto de Roberto Zavala es muy interesante porque él concluye que aún en 2014 siguen siendo sospechosos porque aún hablan su propia lengua; su lengua es importantísima en la defensa de su ser y existencia».

Pese a todo, este universo indígena se ha mantenido casi intacto. De ahí que el propio Bonifaz Nuño escribiera que «con obstinación de siglos han resistido. Puros como peñascos se alzan todavía, sólidos en su perfecta soberbia; inexpugnablemente serios, firmes ante la muerte, la enfermedad y la pobreza; dotados de una sabiduría que no desfallece».

Por último, Doníz lamenta que esa imagen mítica haya sido vulnerada por el más grande problema que ha enfrentado en siglos: la delincuencia organizada. «Al principio traté de fotografiar los plantíos de amapola en la zona cora, pero los mismos habitantes me dijeron: "Niguara, no lo hagas, no vas a salir bien de esto". Obviamente para no deprimirme me refugio en la belleza y en la riqueza de su cultura. Sólo así he podido salir airoso», concluye.



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