Rancho Las Voces: Música / Inglaterra: Eric Clapton celebra su 70º cumpleaños y medio siglo de carrera en el Royal Albert Hall
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jueves, junio 04, 2015

Música / Inglaterra: Eric Clapton celebra su 70º cumpleaños y medio siglo de carrera en el Royal Albert Hall

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50 años de blues. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 4 de junio de 2015. (RanchoNEWS).- Está terminando la tarde en Kensington Road. Los últimos rayos de sol resaltan el relieve dorado de las letras «RAH», colocadas sobre una fila de farolas negras: es la acera del célebre Royal Albert Hall. En la segunda planta, en el único pasillo circular, hay decenas de fotografías de estrellas de la música británica y mundial. Pero hay una que brilla mucho más que las demás. Tras más de 200 conciertos, ésta se siente como en casa: él es el anfitrión. Estamos en casa... de Eric Clapton. Reporta desde Londres Manuel Tori para El Mundo.

Slowhand cumple 70 años de vida y 50 de carrera. Ha celebrado su cumpleaños en su patria, con varios conciertos en el Royal Albert Hall de Londres, el templo que no sólo vio pasar a Giuseppe Verdi y Richard Wagner hace más de un siglo, sino que también fue testigo, hace cinco décadas, de los comienzos del guitarrista inglés, como miembro del prolífico grupo The Yardbirds.

Se oyen murmullos de espera entre los más de 5.500 espectadores que completan este mítico coliseo. Muchos ya han visto la alfombra persa que, cual Atlas, sostendrá las andaduras de Clapton. Aquel chico de Ripley (Surrey, Reino Unido) criado por sus abuelos 24 millas más al suroeste, está al caer.

Empezar con Somebody's Knocking es tener vivo el espíritu de su amigo J.J.Cale, gran compañero de viaje. Clapton fascinó por cómo pudo empaparse aquel guitarrista blanco de Oklahoma del mejor blues negro; viajando por ese Sur de Estados Unidos tan amado por el pequeño Eric desde su infancia. Ambos, años más tarde, se subirán al mismo tren, que les llevará a la grabación del mítico álbum Road to Escondido.

Slowhand, llamado así por su lentitud al cambiar las cuerdas de su Gibson ES-335 allá por 1963, está acompañado este día por Paul Carrack (guitarra), Steve Gadd (batería), Chris Stainton (teclados), las angelicales Sharon White y Michelle John (coros) y Nathan East (bajo) de las giras de los 80, cuando se sumaba también la inolvidable batería de Phill Collins.

Entre versiones como Key to the Highway y Hoochie Coochie Man, en pleno silencio, algunos gritan «Happy Birthday!» o «You are the star!». A Let it rain, se le suma Can't find my way home, de la época con Blind Faith.

Corría el año 1974 y Clapton curioseaba por los ritmos de Bob Marley. De ahí nacería I shot the sheriff, la versión reina del álbum 461 Ocean Boulevard, su segundo disco en solitario. Ahora, en el Hall, el ritmo de la misma corre por las venas de las musas de la noche, Sharon y Michelle, que protegen al septuagenario Apolo. Su canto da paso a unos 195 segundos de solo, a base de Fender Stratocaster, acercando a todos a la gloria.

El toque lento y romántico de la noche lo dan You are so beautiful, y las antológicas Wonderful tonight y Layla, ambas escritas para Pattie Boyd, esposa de George Harrison y luego de Eric. Layla desatará un cierto aplauso rítmico entre el público, deseoso de unirse. Al igual que la anterior, Tears in heaven dará el matiz acústico a la velada: «¿Te acordarás de mi nombre / si nos viéramos en el cielo?». Gracias a las musas de esta noche que entregan su dulce voz, la célebre pieza, testigo del dolor de Clapton por la muerte de su hijo de 5 años en 1991, convierte el lamento en una nana, para que el pequeño Conor sonría allí donde esté.

Crossroads reúne la devoción por Robert Johnson, aquel chico prodigio del delta blues americano de los años 30, fallecido demasiado pronto para Clapton. Será sobre todo él, junto a Muddy Waters, Buddy Guy, Freddie King y el recientemente fallecido B.B.King; quienes le seducirán, con 12 años, por los senderos infinitos del blues.

En los 60 los músicos del mundo aspiraban a venir a Londres, la metrópoli de la música. Clapton, sin embargo, hará el viaje opuesto, hacia la colonia, buscando las raíces del blues que, también como origen del rock, era una música que arrancaba del alma. «El blues representa la resistencia, el desafío. Robert Johnson era un chico contra el resto del mundo», dijo una vez Clapton.

Nadie se había levantado todavía de su asiento. Pero arranca Cocaine, de J.J.Cale, que Clapton popularizó en todo el mundo convirtiéndola en un icono del blues-rock. La compostura inglesa desaparece, las gradas se levantan y la platea se acerca al artista. Toca despedirse.

 «Clapton pasa de lo virtuoso a lo sencillo, dándote algo profundo», explica Mario, joven guitarrista llegado desde Trebujena (Cádiz). Edgardo admite: «Vengo de Argentina. Británicos y europeos entran en el Hall con normalidad, no saben la suerte que tienen de tenerlo tan cerca».

En 1965, Clapton era de los mejores guitarristas del mundo. Pero un grafiti en Islington, en Londres, quiso confirmarlo:  «Clapton es Dios». En estas noches mágicas para celebrar su 70 cumpleaños en el Royal Albert Hall de Londres, Eric Clapton eleva al público al cielo, en su propio templo. El Olimpo del blues.


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