Rancho Las Voces: Libros / México: «Esa otra orfandad» de Gabriela Couturier
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lunes, mayo 09, 2016

Libros / México: «Esa otra orfandad» de Gabriela Couturier

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Couturier estudió en El Colegio de México y en Harvard. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 7 de mayo de 2016. (RanchoNEWS).- Esa otra orfandad es la ópera prima de la escritora Gabriela Couturier. En esta su primera novela la narradora mexicana nos cuenta la vida de Renata, una mujer adulta quien enfrenta una serie de conflictos personales, profesionales y espirituales que la llevan, de a poco, pero implacablemente, a una demolición interior. Conforme avanzan las páginas, la protagonista mira cara a cara a su más grande obstáculo: la infertilidad. Reporta Mario Alberto Medrano para Excélsior.

«El tema de la infertilidad lo conocí de primera mano. Creo que no puedes narrar una historia que tenga que ver con algo tan íntimo e invasivo si no lo has vivido en primera persona, y al tratar de escribir sobre algo que no se conoce, el resultado sería muy artificial», comentó Couturier.

Toda obra de ficción debe llevar en su genética algo de realidad. La autora dice reconocerse en Renata «en el aspecto de la insatisfacción. Es decir, mi vida estaba bien, pero yo quería otra cosa, algo más, y siempre lo sentí, pero nunca tuve que hacer un salto tan drástico como la protagonista. Arrojé a mi personaje a las últimas consecuencias de las decisiones que tomó».

Para Couturier, es una novela de la insatisfacción, pero también de los temas inconclusos con el padre, la abuela, la madre, y por supuesto, ante la imposibilidad del embarazo.  «Una de las cosas que quise ilustrar es que esta lucha contra la infecundidad incide en todo, va carcomiendo distintas facetas: lo profesional, la vida en pareja. La esterilidad es algo sobre lo que no se tiene control, y para Renata, acostumbrada a tener todos los hilos de la madeja en la mano, de pronto todo se descontrola y no tiene manera de sujetar estos cambios».

Renata es el hilo conductor de esta orfandad. A propósito de que la protagonista parece ser una mujer caprichosa, la escritora subrayó que su intención fue concebir un personaje confundido. «En la primera parte del libro sabe lo que quiere y a dónde va, después comienza a perder estas certidumbres. Eso me parece interesante: que no siempre sepa a dónde se dirige, que no vea las cosas con claridad».

Un gran acierto de la novela es la disputa que presenta entre lo fugaz y lo perenne. Esta batalla, la plantea la autora mediante dos obsesiones: por un lado, el miedo de Renata ante la vejez y la pérdida de la belleza, aquella que se disuelve con el tiempo; por otro, su pasión más honesta: la fotografía, símbolo de lo que se mantiene.

 «Esta es una novela sobre la imposibilidad de detener el tiempo, también. Deseé que se sintiera el paso del tiempo a través de la fotografía, que siempre representa lo que permanece. A Renata, a su edad, se le empieza a cerrar el mundo y comienzan a perder las alternativas de cuando era joven, ella lo sabe y lo dice en algún momento en la novela, por lo que trata de tomar decisiones cuando todo se está moviendo, pero ya es muy tarde», dijo la escritora.

Dividida en tres secciones, esta obra transcurre por diversas fronteras de la personalidad del personaje central. «En la primera parte, Renata está a gusto con lo que tiene; sin embargo, en la segunda se vuelve obsesiva y se da cuenta de que no se quiere conformar, y cuando comienza a sentir una especie de resignación, es cuando porfía en buscar lo que ella es en verdad. La segunda parte es su demolición, por todos los frentes», expresó la también ensayista.

El segundo capítulo es sin duda el de mayor solvencia argumentativa. Parte de un epígrafe de Octavio Paz, tomado de El laberinto de la soledad, que dice: «ser uno mismo es, siempre, llegar a ser ese otro…».

«El epígrafe fue el origen de la novela. Releyendo el Laberinto me topé con este párrafo, por lo que lo anoté en mi libreta y se me quedó revoloteando. El día que se me ocurrió escribir las primeras páginas fui corriendo a buscar la cita; eso era lo que quería, que ella buscara ese otro ser que lleva adentro, como promesa, como posibilidad, eso que está escondido y es imposible encontrarlo, aquello que siempre es una aspiración», argumentó.

Acerca de la voz narrativa de la obra, dijo que «la novela está relatada desde el punto de vista de Renata, y todo fue a propósito, pues la única forma de que funcionara el final era que se contara desde la altura de la protagonista. Por eso se siente cierto capricho de la protagonista. Quise que se viera al nivel del personaje, con todo lo que observa y los conflictos que enfrenta».


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